domingo, 22 de mayo de 2011

La CremA es de PrimerA

   “Si Rafaela ascendió hoy es porque fue el más sólido. Totalmente merecido” decía un mensaje de texto que me había llegado de una amigo hincha de Unión. ¿Quién dijo que el fútbol no es un deporte de caballeros? Hay que tener las ideas muy claras para felicitar el logro del rival. Hay que tener integridad, estar seguro de la propia identidad, del amor a los colores para tener el coraje y el valor de decirle a uno de los rivales de toda la vida “Totalmente merecido”.

La tapa del Suple Ascenso del 22 de mayo de 2011

   Y es que Atlético de Rafaela lo tiene bien merecido. Desde aquella primera promoción con Gimnasia y Esgrima de La Plata, donde fuimos a jugar a la ciudad de las diagonales con una ventaja de 3 goles y que por un hecho extrafutbolísitco (justamente de una persona sin integridad, moral o ética futbolera) no se pudo ascender, la ciudad merecía ver a La Crema jugar en Primera.


   Luego, un golpe mucho más fuerte que la frustración de perder nuevamente la promoción con el mismo rival, diría más, mucho más fuerte que el de una rodilla golpeando en el rostro de una persona… Un golpe que tocó muy a fondo, no solo a un plantel, sino a una comunidad, generó todo lo contrario a lo que se podía suponer podía llegar a ocasionar. Porque a partir de la fuerza inquebrantable de Gabriel Airaudo, Rafaela resurgió de sus cenizas como el Ave Fénix y comenzó su recorrido hacia la gloria.



   Hoy, 22 de mayo de 2011, puedo escribir estas líneas, aceptando que no soy menos hombre por sentir los ojos llenos de lágrimas al ver a esos gladiadores vestidos de azul abrazados en tierras tucumanas, emocionados por haber logrado un ascenso histórico para el club, en un gesto de nobleza deportiva como pocos se han visto en el fútbol argentino.

domingo, 27 de marzo de 2011

"Vos gritás -¡No Logo! / o no gritás -¡No Logo! / O gritás -¡No Logo... no!"


   Cuando vi esta publicidad por primera vez, lo primero que me llamó la atención a medida que se iba desarrollando, es la conjugación con la que diferentes marcas de distintos productos iban apareciendo en pantalla. Finalmente, Alto Avellaneda deja su sello, con la colaboración de otras empresas, y cierra con un final que me impacta aún más, no tanto por cómo se compuso la pauta, sino por el mensaje que deja a los consumidores.

   La publicidad creada por Young&Rubicam y realizada por Charly Mainardi de Huinca Films, pone de manifiesto el valor y el peso que las marcas tienen como constructoras de identidad en una sociedad. Tirando por tierra el ideal que hace fuerza por defender la identidad del sujeto como una construcción sobre los valores de sí mismo en base a su desarrollo cultural (siempre en relación con otros sujetos que lo conforman como tal), la pauta televisiva plantea una suerte de descubrimiento y revelación de la verdad que nadie se atraería a afirmar sobre la importancia de las marcas y lo que significan, a punto tal de tener esto mayor valor que la multiplicidad de identidades que podrían construir los sujetos para sí y para los demás. 



   Teniendo en cuenta el campo cultural, podemos encontrar una de las tantas manifestaciones sobre esta problemática. En Nike es la culturaprimer track del disco “El Tesoro de los Inocentes”, el Indio Solari deja bien claro su postura sobre la aparición y el dominio de las marcas en el mercado simbólico. “Operarios con salarios de miseria. / Dirás... ¿qué me importa eso? / tengo trece o quince años... / Las Jordan´s son para mí”.

   Vale decir que gran influencia de este pensamiento supone su origen en el libro No Logo. El poder de las marcas de Naomi Kleim. “Lo que diferenció los primeros intentos de imponer marcas de la comercialización corriente fue el hecho de que el mercado se vio inundado con productos fabricados en masa y casi idénticos entre sí. En la era de las máquinas, la competencia por medio de las marcas llegó a ser una necesidad: en un contexto de identidad de producción, era preciso fabricar tanto los productos como su diferencia según la marca. Así fue que el papel de la publicidad cambió, y dejó de consistir en boletines informativos sobre los productos para pasar a construir una imagen relacionada con la versión de los productos que se fabricaban bajo una marca determinada. A finales de la década de 1940 se comenzó a percibir claramente que las marcas no son sólo una mascota o un gancho, ni una imagen impresa en las etiquetas de los productos; las compañías en su totalidad pueden tener una identidad de marca o una conciencia empresarial”.

   De esta manera empieza a entenderse que la actividad principal de las empresas comienza a ser la gestión de las marcas. “Hacia mediados de la década de 1990, empresas como Nike, Polo y Tommy Hilfiger ya estaban en condiciones de pasar a la etapa siguiente en lo relativo a las marcas: ya no sólo referirlas a sus productos, sino también a la cultura del entorno. Por medio del patrocinio de los acontecimientos culturales, podían abrirse al mundo y reivindicar partes de él a guisa de nuevos espacios para sus marcas. Para estas empresas, las marcas no sólo eran un añadido de valor a los productos. Se trataba de absorber ávidamente ideas e iconografías culturales que sus marcas pudieran reflejar proyectándolas otra vez en la cultura como «extensiones» de las mismas. En otras palabras, la cultura añadía valor a las marcas. (…) El efecto, si no la intención original, de la creación más moderna de las marcas es poner a la cultura anfitriona en un segundo plano y hacer que la marca sea la estrella. No se trata de patrocinar la cultura, sino de ser la cultura. ¿Y por qué no? Si las marcas no son productos sino ideas, actitudes, valores y experiencias, ¿por qué no pueden ser también cultura? Como veremos después en este capítulo, el proyecto ha tenido tanto éxito que la separación entre los patrocinadores culturales y la cultura patrocinada ha desaparecido por completo”.





   Más allá de la opinión a favor o en contra de la tendencia por hacer de las marcas un elemento diferenciador, identitario y representativo de cada sujeto, lo que llama la atención de la publicidad de Young&Rubicam es la crudeza con la que denuncia, de alguna manera, que los ideales anticomerciales nunca parecieron tener lugar en el entorno social y que simple y llanamente, lo que siempre fue cierto (pese a que muchos no se atrevieran a explicitar), es que el valor de las marcas está por sobre lo que cada sujeto pueda llegar a desear en base a su arraigo cultural.

    En algún punto, la sociedad de consumo ha logrado que no importe tanto lo que cada persona quiera ser sino lo que pueda parecer para los otros sujetos con los que se interrelaciona.

lunes, 14 de marzo de 2011

El arte de la desinformación

   El tema de interés que toco en esta oportunidad es el de la desinformación en uno de los medios de comunicación más importantes que existe: la televisión. El programa de TVR, emitido el sábado pasado, me recordó un poco este problema existente que tiene que ver con el hecho de participar en una especie de carrera de caballos por ver quién se hace de la primicia, quién da el dato de relevancia antes que los demás, sin importar, la mayoría de las veces, la calidad y confiabilidad de esa información.
   Si tomamos, por caso, Sportcenter, el conocido resumen deportivo que se emite por ESPN, podemos empezar a entender este fenómeno. Esencialmente, el programa posee una dinámica que hace que la información llegue al televidente muy rápidamente. Uno tras otro, los temas son presentados, comentados y velozmente superados por otros distintos que toman su lugar. Al mismo tiempo, lo que se ve en imágenes es acompañado por un videograph donde aparece escrito otro tipo de información que también va circulando constantemente, renovándose. Finalmente, y como si esto fuera poco, suelen aparecer algunos carteles como pop ups, junto con una música que los anuncia, que muestra información “fresca”, al instante, que acaba de ocurrir hace minutos. Todo esto da como resultado la entrega de un cúmulo de información tan numerosa, recibida en tan poco tiempo, que hasta el más entrenado televidente tiene dificultades de absorber, sin perderse ni un solo dato de lo que es enseñado. ¿Hasta qué punto sirve entonces entregar la mayor cantidad de información en el menor tiempo posible, si apenas la mitad de aquello es entendido, comprendido y recordado finalmente por el televidente?

   Lo que preocupa es cuando la carrera por ser primicia hace que ese dato tan importante sea cada vez menos creíble y es entonces cuando la construcción de la noticia tiene cada vez más similitudes con la ficción que con la realidad. Cuando se habla de “irresponsabilidad informativa”, o de “una música del fin del mundo, de ciencia ficción, que no contribuye en nada”, más allá de ser discutible hasta qué punto la ética y la moral tienen protagonismo en la construcción de los hechos y que por propia esencia de la construcción hay una subjetividad inherente a la misma, vale aclarar también el extremo cuidado que debe tenerse al caminar por la delgada línea que separa la realidad de la ficción, o bien, si se quiere, la aproximación mas fidedigna y acabada de lo real, lo que acontece, y el mundo de lo verosímil, lo creíble pero que en efecto nunca sucedió. Uno de los ejemplos más contundentes es el que presenta TVR en el informe, cuando Telesur cuenta cómo CNN manipuló una fotografía de un terremoto ocurrido en Japón para contar el drama que se vivía en Haití, a partir de un sismo ocurrido en aquel país (ver minuto 9.49).

   Le velocidad con la que circula la información, la necesidad de ser cada vez más rápido para ser el primero y por ende, el más visto por el público, sufre del síndrome conocido como la sábana corta. Al preocuparse por ser primicia, el noticiero comienza a descuidar la calidad del producto que entrega y que hace circular, dejando de ser creíble.

lunes, 7 de marzo de 2011

El Cisne Negro y la relación entre los opuestos


   Hace unos días vi el film Black Swan (Cisne negro) del director Darren Aronofsky y sinceramente, más allá de la gran actuación de Natalie Portman, no me pareció que haya dejado en los espectadores una idea de originalidad en cuanto al guión cinematográfico.
   Sabiendo que se trata de una joven bailarina cuyo reto es ser la primera en interpretar al personaje que encarna al delicado cisne blanco y al malvado cisne negro, en lo que sería una versión moderna de “El lago de los cisnes”, ciertamente no quedé totalmente satisfecho con el devenir del film que, a mi entender, se hacía cada vez más predecible y reconocible desde otro lugar.
   Y es cuando comencé a recordar los principios del ying y el yang, teoría de la filosofía oriental que se fundamenta en la dualidad existente en todo el universo, suponiendo la presencia de dos fuerzas fundamentales, aparentemente opuestas y complementarias, que se encuentran en todas las cosas. Empecé a pensar que ambos cisnes podrían tener mucho que ver con esto.
El taijitu, la forma más conocida de representar el ying y yang
    Repasando algunos principios del ying y el yang, esta relación que comencé a construir tomaba cada vez más forma. Además de ser opuestos e interdependientes, el ying y el yang se consumen y generan mutuamente, es decir que cuando uno aumenta, el otro disminuye, formando un equilibrio dinámico. Finalmente, ambos pueden transformarse en sus opuestos y en cada uno siempre hay un resto del otro.
Natalie Portman en plena transformación
    Este breve repaso que hago da lugar a la mención de la presencia de Mila Kunis en el film, interpretando a la joven Lily, quien de alguna manera pone en peligro la exclusividad de Nina como la bailarina que interpretará a ambos cisnes. En forma de competencia por el papel principal en el ballet, lo que comienza a suceder por debajo de la superficialidad de las imágenes es el reconocimiento de Lily como el lado oscuro de Nina, como ese aspecto de su personalidad que quedó sofocado por su lado más amable, aniñado y puntilloso.
    Comienza entonces a tejerse una lucha en el interior de Nina entre su lado más atrevido, desprejuiciado y desinhibido y su lado más resguardado, conservador y delicado. El intento de ella por lograr dominar ambas facetas se va traduciendo en un anticipado fracaso. El enfrentamiento entre la pulsión y la razón, entre los instintos y el deber ser, decididamente forman parte de la protagónica interacción entre los opuestos que empieza a ganar el centro de la escena en la historia.
    Finalmente, el desenlace de la película no sorprende para nada o mejor dicho, sorprende que no haya presentado ningún giro inesperado que despierte ese interés por volver a repensar el film para lograr comprender su significado más profundo.

domingo, 27 de febrero de 2011

El lujo más caro

    Siendo esta mi primer entrada en el blog, quiero darle la bienvenida al lector y anticiparle que este espacio tiene el fin de poder compartir ideas, sentidos, discursos, pensamientos, en fin, todas las expresiones que este medio permita, de manera que podamos participar en esta interconectividad humana que McLuhan anunció bajo el concepto de aldea global.
    En esta oportunidad me gustaría opinar sobre un tema estrictamente futbolístico como fue el partido jugado ayer entre Boca Juniors y All Boys. Antes que nada quiero hacer una aclaración sobre mi fanatismo hacia el juego que despliega Juan Román Riquelme, a mi entender, uno de los mejores jugadores de fútbol que he visto. Dicho esto, todavía no puedo entender como Julio César Falcioni es capaz de prescindir de los servicios futbolísticos de Riquelme, siendo éste la clase de jugador que resuelve el principal problema de sus compañeros: “Si estoy complicado, se la doy a Román”, frase que se traduce con frecuencia al ver el juego de Boca cuando el 10 está en cancha.
 Una imagen que resume lo que fue el partido: pocas ideas
    Si cualquier persona que mas o menos entiende fútbol sabe que un equipo como All Boys va a pararse bien ordenado y cerrado en el fondo, apostando a llevarse el tan valioso punto de la Bombonera (o bien un triunfo histórico, si con suerte puede aprovechar un error del local y acertar en un contragolpe), ¿cuál sería el motivo por el cual Falcioni optaría por un equipo que esencialmente sufriría de escasez en ideas para abrir el cerrojo del rival?
    Es importante que se entienda que este partido no solo pedía por la presencia de Riquelme, sino también por la de Walter Erviti (o al menos por la presencia de uno de los dos). No quiero pecar de “riquelmenitis” por eso hago hincapié en que bien podía ser Riquelme o bien podía ser Erviti la solución de un Boca que lograba recuperar la posesión del balón pero que cuando tenía que generar una jugada de ataque, necesitaba de muchísimos pases para llegar a preocupar a Nicolás Cambiaso. Era justamente esa demora en generar peligro en el área de All Boys la que permitía al visitante agruparse bien en fondo y cerrar el medio.
    30 minutos no fueron suficientes para Erviti. Los partidos son cambiantes y por eso es importante sacar la ventaja cuanto antes. El equipo de Falcioni regaló más de un tiempo y extrañamente consiguió lo que pareció ir a buscar (por lo menos por el esquema táctico que presentó): no perder otra vez en la Bombonera. El resultado tiene gusto a poco y es bastante preocupante, más aún cuando se lo escucha al director técnico de Boca decir que vio bien al equipo frente a Racing y, ahora, frente a All Boys. Sin dudas, darse el lujo de dejar afuera a los más iluminados salió muy caro.